Me alimento,
la energía es grande,
apenas puedo controlarla dentro de mi aura.
La incomprensión de mi propia definición cabalga entre la interrogación y la exclamación de mi yo.
Ahora mismo estoy en el,resquicio de la vela, ese lugar que esta entre el cuerpo de la llama
y la incandescencia de la vela,
entre la cera que se derrite y la llama que flamea.
Tengo demasiada luz y no sé hacia qué o hacia donde proyectarla.
Las señales se acaban,
a lo mejor es que nunca existieron.
No existe velador,
no existe vela,
no existe brasa...o...
ya se acabó.
Somos luz....pero ahora necesito la oscuridad para que me defina
No hay comentarios:
Publicar un comentario